Gustavo Rodriguez - Trece Mentiras Cortas

Decir que el libro es entretenido es ser ya demasiado generoso con un publicista que todavía carece de ese toque que tienen los grandes para provocar las sensaciones de un buen libro, recorrer cada uno de estos cuentos nos sumergen en una atmósfera bastante conocida, incluso por el hecho de centrarse en la blancura de sus protagonistas, imagino que influye bastante su entorno, no me sorprendería que él se encargue de los comerciales de leche Gloria.

La mecánica de cada "cuento" es la misma, un rollo elaborado, que absorbe al lector contadas veces y cuyo desenlace se aprecia en el último párrafo, pero fracasa en el elemento sorpresa, salvándose sin embargo en "Los Santos Óleos" y en "La noche que su voz se quebró", ambos con una atmósfera de misterio que llega correctamente a su final. "Encuentro en un bar" más parece un homenaje al Borges del "Libro de Arena" que al Cortázar que menciona la tia Martha, cuyo comentario fue lo que me motivó a adquirir el libro y a la vez de enseñarme que si necesitaba a alguien de renombre que comentara el libro era porque por sí solo no hacía nada y casi fue así.

Ni qué decir del relleno en que se convierten "Ley de Newton" o "Al profesor Pajarito" o peor aún "El último cuento de este libro", una manera sutil de excusarse ante el lector por la estafa de adquirir el libro de un "escritor bisoño" como él mismo se califica, (si me devolvía la plata realmente lo perdonaba).

Lo bueno: Es entretenido en varios pasajes, hay que reconocerlo, para quien no está con ganas de leer cosas demasiado hondas, puede servir de relajo.

Lo malo: Sus desenlaces fallan escalofriantemente, muy distante de su último trabajo, quizá con un poco más de esfuerzo se dé cuenta que su chamba es seguir siendo publicista, bromeo.

Costo: 31 peruanos.
Páginas: 172
Editorial: Alfaguara